Historia de Hinako....

[Rinako Inverse]

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Siento una ráfaga de aire que no cesa ni un momento y tengo la necesidad de abrir los ojos y ver en dónde estamos. Luchando contra el dolor logro despertar de una vez por todas y levantarme. Un poco aturdida aún, me siento y me pongo a observar el paisaje que se despliega ante mí: No veo más que el cielo, un cielo hermosamente azul con el astro rey calentando mi cuerpo, regresándome la sensación de vida. Las nubes abajo de nosotros me indican que estamos volando muy alto en algo... Me aclaro la visión y me doy cuenta de que volamos sobre el lomo de un dragón plateado, adelante de mí están el viejo y el chico; yo, un poco atrás de ellos. Fizban voltea a verme y me dirige una sonrisa, para luego alejarse de su nuevo amigo y acercarse a mí, creo que el efecto del veneno ya pasó y todo vuelve a la normalidad, excepto por el dolor... Así que asiento con la cabeza, intuyendo lo que el viejo me preguntaría, la verdad que no estoy para hablar, tengo muchas cosas que pensar, pero por!
 otro lado, necesito saber qué pasó, a dónde nos dirigimos, y en dónde estamos. 

- Gnosh, la criatura del chico, nos ha salvado de los draconianos –comenzó a explicarme el anciano- Se ha convertido en un dragón plateado y ahora nos lleva sobre sus lomos. El Príncipe Hangetsu os ha ayudado a curar vuestras heridas y a detener el veneno que ya corría por vuestra sangre. Es un buen chico.

- Ya lo creo... ¿A dónde vamos? 

- Nos dirigimos a Haven, su pueblo, el Príncipe desea ver a su gente...

- Yo no quiero ir allá, dile a su ‘majestad’ que agradezco su ayuda pero que tengo que ir a Neraka sin más retraso –le pido al viejo mago, ya no permitiré más contratiempos.

- Querida, debéis vuestra vida el joven Príncipe, lo menos que podríais hacer es acompañarle a su pueblo... –el anciano no cambiaba su semblante sonriente mientras me decía esto- ¿No creéis que es injusto irse sin dar las gracias de esa manera? Su majestad desea que le acompañemos a su hogar y le ayudemos en algunas cosas... Después nos llevará a Neraka para que sigamos nuestro camino...

- De acuerdo, de acuerdo... 

Hago esto sólo porque le debo la vida, los elfos tenemos un alto código de honor y debo pagar mi deuda con este chico, aunque eso signifique un retraso grave hacia mi destino... De todos modos, en este estado no podré hacer mucho en la pelea y tardaré un poco en recuperarme... Espero que estemos haciendo lo correcto, presiento que este Príncipe no va a encontrar todo lo que quiere en su pequeño pueblo y enfrentaremos más problemas de lo que esperamos, no acostumbro fallar en mis predicciones, a veces tengo boca de profeta.

Continuamos el vuelo, el anciano volvió con el chico... Nos acompañaban volando cerca, algunas aves, grifos y monsters, debería capturar algunos para mi colección, podrían auxiliarnos en nuestro camino... Pero no tengo fuerzas aún, me siento tan débil y humillada... Me es difícil aceptar que en parte soy humana, siendo que a estos últimos les odio a muerte: hicieron tantos desastres durante la guerra, causaron tanto dolor y muerte, hicieron lo que quisieron... No les puedo perdonar el sufrimiento que me causaron a mí y a mi familia: violaron a mi madre, mataron al que sería mi padre, asesinaron a mis abuelos y a casi todo Krynn, la ciudad de los elfos... Y cuando nací me hicieron una esclava, mi madre ya había sufrido tanto que murió al poco tiempo y me dejó sola... Cuando terminó todo y volvimos a recuperar nuestras tierras y los ejércitos se retiraron, yo era toda una mercenaria, hábil con las armas y muy buena en las peleas, cosa prácticamente imposible en un elfo. Los el!
fos... ellos son una raza pacífica y tienen un gran respeto por la vida. Son muy buenos arqueros, justos y neutros... Pero yo no soy sólo una elfa, al menos no como lo quisiera, también soy humana... Los bélicos humanos, injustos, buenos o malos, crueles, traicioneros, sin respeto por la vida, capaces de matar por dinero, desgraciados, aprovechados... Una larga lista que fui creando al observarlos, al espiarlos, al convivir con ellos. Y ahora uno de ellos me salva la vida y me ayuda a llegar a mi destino... nunca he dependido de ellos, no me gusta su ayuda y menos deberles la vida. ¡Maldición! 

Al frente, las blancas nubes se transformaban en humareda negra, vestigios de incendios, además el calor que se siente no es ‘natural’, sino ocasionado por algo... El chico dijo que sobrevolaríamos Haven dentro de poco, ahora creo que estamos sobre él. Una flecha surca el aire muy cerca de mí, rozando un costado de la criatura, Hangetsu grita fuertemente mientras que Fizban se pone de pie y mantiene el equilibrio, tratando de formular algún hechizo para eliminar a nuestros atacantes. Gnosh se balancea peligrosamente y empieza a bajar a través de las nubes negras, para no errar en el intento de ataque. Al hacer esto vemos Haven... o lo que quedaba de él: el pueblo estaba totalmente destruido, ríos de sangre corrían por todos lados, el humo de las casas quemadas emanaba asfixiante aún y no había rastro de sobrevivientes, si es que esos draconianos imbéciles habían hecho esclavos. Yo no sé que fue lo que pasó cuando este niño nos rescató, pero al parecer no mató a l!
os draconianos restantes, ¡estúpido! ¡Idiota! Debió haberlos eliminado a todos para que no lo reconocieran... ¡Rayos! Ya entendí, los draconianos le reconocieron como el Príncipe de Haven y se vengaron de él, matando a su gente y desapareciendo a su pueblo... Oigo algunos sollozos antes de la llamarada de fuego del dragón plateado, después unos susurros de Fizban y una luz cegadora que duró algunos instantes. Luego bajamos a las ruinas y el chico desmontó rápidamente de la criatura, no sé para qué, ya todo se acabó aquí, no hay nada que hacer. Hangetsu se tiró de rodillas, gritando, llorando por su gente, lamentando las muertes. Fizban no se acerca a él, creo que para que el chico se desahogara y no guardara sentimientos que más tarde le afectarían. 

- ¡¿POR QUÉ?! ¡¡¡MALDITOS SEAN!!! ¿¡CÓMO SE ATREVIERON A MATAR A TANTOS INOCENTES!? –gritaba lleno de furia, de dolor.

- No debí ayudarlos... debí dejarlos, no fue correcto... ¿por qué no me mataron sólo a mí? –susurró entre su llanto.

Fizban se le acercó para consolarle y calmar su dolor, pero el chico lo rechazó empujándolo hacia atrás bruscamente, tirando de espaldas al viejo. Desenvainó su espada y nos amenazó con ella, gritándonos, echándonos la culpa de todo. 

- ¡ESTÚPIDO! –le grité al tiempo que me acercaba rápidamente y le propinaba una buena bofetada en la cara- No nos vengas con tus pendejadas, nosotros no tuvimos la culpa de que hallas dejado con vida a los draconianos que nos capturaron. Tú fuiste el culpable de que asesinaran a tanta gente, si los hubieses eliminado no habría pruebas en tu contra y hubiesen dejado en paz a tu pueblo. 

- ¡¿QUÉ?! –el chico estaba incontrolable, estoy segura que querrá pelear.

- ¿Qué no me oíste, idiota? 

Ciego de ira se lanzó contra mí blandiendo su espada para herirme. Lo esquivé fácilmente y siguió atacando hasta que me hartó y le hundí la rodilla cerca del estómago, haciendo que soltase la espada y cayera de rodillas. Trató de levantarse y agarrar su espada, pero pisé fuertemente su mano y le grité: 

- Esto no es un juego, si no empiezas a tomar en serio todo esto vas a acabar tan muerto como todo tu pueblo. 	Date cuenta de que eres un niño y no hay lugar para niños en la guerra. En vez de estar lloriqueando como ‘vieja’ deberías pararte y afrontar la pérdida, dispuesto a hacer pagar a quien hizo esto –retiré mi pie y me alejé sin dejarle decir palabra. 

Lo oí llorar atrás de mí y Fizban me alcanzaba, reclamándome lo cruel que había sido.

- Acaba de perder a su gente, no puedes impedirle que se sienta tan mal.

- No hay tiempo para sentirse mal, debe madurar o yo misma lo mataré, sabes que no soporto a los débiles como él –le respondí con frialdad, volteando a verle- Yo también perdí a muchas personas y no me puse a llorar y a culpar a los que se cruzaban en mi camino. 

- Pero... 

- Mira, viejo, mejor quédate a calmarle o a llorar con él, yo no tengo nada que hacer aquí, ya traté de ayudarle, pagué mi deuda y me voy –le interrumpí- Si siguen ambos con su sentimentalismo podrían terminar atravesados por alguna piadosa espada y créeme que lo agradecería mucho. 

Odio que hagan eso, no soporto que alguien llore, y por eso el niño acabó con mi paciencia... 
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¡Ajuaaaaaaaaaaaa! ¿Me extrañaron? No, si no quieren no, al menos intenten disimular, ¿no? En fin, yo si los extrañé y mucho, no crean que es divertido ser la oveja negra de la familia... Sniff... Pero, así son las cosas... Como sea, no sé si les hayan informado pero voy a estar ausente mucho tiempo de estos lares. Sé que no me extrañarán (como es su costumbre) pero se me hizo ilusión ponerlo =D. Además, para que Dark, Thur, y demás sigan con sus partes como si nada... bueno, tal vez no tanto así, pero lo intentan, ¿no? Y ya para volver a entrar al tema de la historia, tampoco voy a estar por el chat en más tiempo del que esperaba, por aquello de que uno está exiliado y aquí en el exilio no hay máquinas para entrar a Internet (bua, lo máximo que hay es esta cochinada a la que le debo la vida...) Sólo es para los que se interesaban en burlarse de mí en el chat, porque hay unos que... o por si me buscaban para decirme dos que tres cosas sobre la historia, o que sé yo, son tan b!
uena onda que ya no se sabe que le van a decir a uno cuando llegue (Si es que le dicen algo porque ya ni hablan...) 

Y ya para terminar, lamento el retraso que pueda causar tanto alboroto con mis cosas, ya ven que uno no puede hacer nada porque ya le están echando el mundo encima... Saludos a todos, a mis hermanitos Lama, Lito y Aoi, a mis sensei Ying, Alex y Kaworu, a Alanis, a mi sempai MoZ, a mi queridísimo Kailu (cuando le vean le pasan mis saludos, ¿sí?), a mi alumno Paris (lo lamento mucho pero lo de las clases va a tener que esperar), a los que me faltaron (lo siento, pero ya saben que tengo muy mala memoria) y en especial a Gaghiel por toda su ayuda y apoyo para con mi Ángel y yo... Y a mi Ángel, gracias por todo, me la pasé muy bien y espero que tú también. No se te olvide que me debes algo, ¿eh? Je, je, je, je, je, je, je... Y, bueno, gracias a todos, espero que entiendan que voy contra reloj y que no me acuerdo hasta de mi propio nombre (pregúntenle a Mina), les aseguro que, aunque de lejos, voy a andar por lo menos dos veces por semana en el foro (si tengo suficiente fuerza, di!
nero y tiempo); así que no se librarán de mí tan fácil. En fin, nos vemos dentro de un milenio que me dieron de exilio y espero que al volver no se hayan olvidado de mí, porque entonces tendré que usar medidas drásticas (ajá... _U)

Atte.
Rinako Inverse Aino.

“Estar en el exilio es tan fabuloso como ir de día de campo a la chin... o lo que es peor: al infierno...”



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