Historia (Rinako)
Rinako Inverse
rinoa.heartilly at correoweb.com
Fri Mar 30 22:11:58 CST 2001
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Siento cómo entra y fluye por mi cuerpo un poder intensamente cálido, tan cálido y hermoso como la vida misma. Poco a poco llena mi ser e inunda mi existencia... Ahora que abro los ojos, mis pensamientos me permiten ver a Thur desvaneciéndose frente a mí, mi cuerpo ha dejado de sangrar y la espada recupera lentamente su estado.
¿Qué fue lo que hizo? Le oí mencionar algo así como “contrato obscuro”, pero yo apenas sé poco en cuanto a magia y hechicería se refiere... y en cuanto a lo demás no sé nada. Vuelvo a cerrar los ojos para tratar de recordar algo. De los miles de recuerdos que están encerrados en mi memoria, uno en especial regresa a ella: Veo una enorme biblioteca, llena de libros que yacen regados en el suelo debido a falta de espacio en este lugar. Una persona está leyendo, está absorta en su estudio y parece que su mente no está en este plano físico, de repente una sombra cubre parte de la luz anaranjada que el sol proyecta al atardecer. La persona que lee el libro deja de hacerlo para mirar a quien se le ha parado en frente y en ese instante puedo notar unos ojos inexpresivos, más fríos que los inviernos que azotan la región norte... Es un mago de túnica roja cuya piel reluce dorada en contraste con la luz que entra por el ventanal. Esto mismo hace imposible que pueda disting!
uir el rostro de la otra persona, pero parece que no le intimida la fuerte mirada repulsiva que le ha dirigido el mago.
- ¿Qué es lo que quieres, niña? -habla el personaje con una voz espectral.
- Raistlin... ¿qué es el contrato obscuro? Oí que unas personas hablaban del eso y supuse que tú podrías decirme a qué se referían... –la otra persona, que al parecer es chica, desvió la mirada- No quiero pensar que sea algo malo y que tengamos que pelear de nuevo...
El mago la interrumpe cerrando de golpe el libro y dándose media vuelta, preparándose para retirarse.
- ¡Raistlin!
- No tengo todo el tiempo, niña, ¿vas a seguirme o te vas a quedar ahí parada?
La chica lo sigue despacio, mientras su acompañante la guía por varios pasillos largos llenos de estantes polvorientos y rebosantes de libros, desde los más antiguos, que se desharían con sólo hojearlos; hasta los más nuevos, con cubiertas relucientes. Puedo ver que ambos llegan a una mesa, donde el mago deja su objeto de estudio y toma un libro que está ahí, al tiempo que se lo tiende a la chica que se ha sentado. Sentándose enfrente de ella, estira la huesuda mano y abre el libro en la página exacta que buscaba. La chica lo mira asombrada, es un mago después de todo, piensa.
- El contrato obscuro es un viejo conjuro que suele ser muy útil, pero al mismo tiempo, desgastante. Cuando alguien lo usa es para salvar la vida de otro, otorgándole una cuarta parte de su sangre y... –el mago hace una pausa para mostrarle los dibujos que se hayan representando sus palabras y prosigue- la mitad de su vida.
- Eso es fabuloso...
- No te emociones tan pronto, niña. Es muy peligroso usarle si no se tiene control absoluto sobre la magia...
- Pero... se podrían salvar miles de vidas, ¿te imaginas si yo pudiera...?
La chica no pudo terminar lo que iba a decirle, ya que su interlocutor azotó fuertemente una mano contra la mesa, haciendo que el polvo se levantase y que ella misma saltara, asustada. Le dirigió una mirada mortífera que la chica no pudo sostener y que congelaba la sangre, yo lo sentí.
- Tú no podrías hacerlo, niña, el sortilegio se hace en una lengua muy extraña que sólo los antiguos magos, ya extintos, conocen. Imagínate que ni siquiera yo la sé... Además, hace tiempo ya que ha sido olvidada y por esto los nuevos magos y hechiceros no saben manipular este conjuro.
- Ya veo...
- No te atrevas a pensar de nuevo en esas tonterías que sólo se le ocurren a seres como tú, pequeña –esta vez, el mago habló con dulzura que casi me sorprende que, minutos antes, pudiera haberle hecho daño a la chica- A veces hay cosas que escapan a la imaginación y es mejor dejarlas donde están...
- Lo comprendo, Raist... –la chica se levanta al tiempo que dice esto último con voz triste.
Abro los ojos, ahora que estos recuerdos reaparecieron, ya comprendo qué es el ‘famoso’ contrato obscuro que tanto menciona Thur... ¡Casi no lo puedo creer! Thur se arriesgó demasiado por mí, aparte de darme un cuarto de su sangre, ahora me da la mitad de su vida... ¡La mitad de su vida! ¿Se puede sobrevivir con sólo la mitad de una vida? Bueno, creo que el que siga viva significa que sí... Un momento, ¿a qué hora y de dónde salió ese tipo encapuchado que habla con Thur?
“- ¿Esta niña es la que tiene esa espada? Pobre inocente... no sabía lo que le pasa a la gente que convive con ángeles caídos... le ofreciste protección, pero no dudaría ni por un momento que hayas sido tu mismo el que la hirió.”
“- Eres un bastardo... no sé como puedes seguir siendo parte de las huestes celestiales, no eres mejor que cualquiera de los demonios del abismo.”
“- No tienes ningún derecho a hablarme así... yo no fui el que salió volando a perseguir a las tropas de Luzbel para después ser convencido y convertido en uno mas de ellos.”
Su conversación la oigo como si estuviera ‘despierta’, pero son mis pensamientos los que reproducen todo lo que está pasando ‘ahí afuera’. Entonces ese tipo es Ramiel... el Ángel Ramiel, ¿cierto? ¿Ése es un enviado del bien? A juzgar por sus actos no parece muy benévolo como dice ser... Pero, ¿por qué demonios me hago esto? ¿Por qué trato de ignorar que le haya dicho “Ángel caído” a Thur? No puedo asimilarlo... tan simple como eso, se me hace difícil creer que siendo un ser de los ejércitos de Luzbel, me haya otorgado la mitad de su vida... Debe ser una broma, pero no creo, Ramiel no parece ser alguien que haga bromas y menos de mal gusto... Las lágrimas inundan de nueva cuenta mis ojos, y mi alma... No gano nada con llorar, pero estas lágrimas son inevitables, no puedo detenerlas, pareciese que cada mililitro de líquido que contiene mi cuerpo se juntase para salir como lágrimas... Me duele, pero no mi cuerpo, sino mi alma, mi corazón; mi!
s fuerzas ya no me dan sino para tirarme de rodillas al “suelo” y seguir viendo, entre mi llanto, cómo se desarrolla la escena. Thur, un enviado de Luzbel, un sirviente, un ángel caído... Esas palabras resuenan en mi mente, atormentándome, matándome, hiriéndome cual mil flechas lanzadas por elfos...
- Ya no... por favor, ya no me hagan esto, ya no lo soporto más... ¿Por qué la vida es así conmigo?
- ¿Así cómo? –oí que una voz me decía, y al instante me percato de que hay alguien más aquí.
Pero yo tengo demasiados problemas como para fijarme en estos pequeños detalles, ya que no parece emanar energía negativa y por eso me limito a contestarle “Creo que pronto moriré... y sin saber mi verdadera misión aquí...” La verdad que no sé ni porqué se lo dije, sé que no estoy muriendo ya, Thur me ha salvado y lo único que tengo que hacer ahora es despertar...
- Pase lo que pase... no estarás sola –el chico volvió a dirigirme la palabra y puso sus manos sobre mis hombros. Al parecer iba a decir algo más, pero no lo ha hecho.
De todos modos no puedo estar pensando en él, necesito despertar y ayudar a Thur porque ese tal Ramiel piensa hacerle daño y llevarse mi espada... Es cierto, ¡mi espada! No pueden llevársela después de lo que me ha costado conseguirla... además, si alguien me la ha de arrebatar ése sólo será Thur... ¡¿Qué estupideces digo?! Rayos, todo esto me está volviendo idiota, ya no sé ni lo que digo. Por lo pronto no puedo estar pensando en eso, sino debo ocuparme de cómo despertar... Lo que ha hecho Thur le ha costado bastante y el conde Tepes está enfrentando a Ramiel, según puedo ver en mi mente. Debo aprovechar esta distracción para hacer algo antes de que todo acabe y no hayan servido sus esfuerzos, vamos, debo despertar...
¡Adrián! Se me había olvidado por completo, él debe ayudarme a salir de aquí, debe despertarme... ¿pero cómo llamarlo? Apenas y me quedan energías para seguir viendo lo que ocurre en la torre y no tengo idea de cómo comunicarme con ellos. Le grito tratando de que un milagro o qué sé yo haga que Adrián me despierte y podamos ayudar en algo... No, maldición, mi visión se nubla, ahora ya no puedo observar lo que pasa, tengo que apresurarme... alguien, debe haber alguien que me ayude... ¡El chico!
- ¡Oye, tienes que ayudarme a salir de aquí, tienes que ayudarme a despertar!
- ¿Yo? –el chico me mira extrañado, le sorprendió que me dirigiese hacia él cuando, momentos antes le había ignorado un poco.
- Sí, tú. Debes saber cómo despertar porque no has llegado aquí por casualidad, ¿o sí?
- No... claro que no, entré a este plano para tratar de llevarte de vuelta...
- ¡¿Y qué estás esperando?! ¡Están matando a alguien ahí afuera y tú te quedas como si nada!... –me detuve tratando de conservar la calma, ese chico era mi última opción para salir y no debía perderle.- Lo siento, me precipité gritándote de esa manera, te ruego que me disculpes. Por favor, ayúdame a despertar, tenemos que ayudar a Thur...
- Pero, sino me equivoco, ése tal Thur es un ser del infierno, ¡no podemos ayudarle! El Ángel Ramiel debe hacer el trabajo que le han encomendado y es a él a quien debemos ayudar en todo caso... ¿O acaso no te importa que ese chico sea un ángel caído a las órdenes de Luzbel...?
- No me importa si es el mismo Demonio, ése chico al que llamas “Ángel caído” acaba de salvarme la vida y no voy a permitir que le hagan daño...
- ¿Y por qué tendría que ayudarte? No es mi obligación...
Al oír esto en verdad que me dejó sin palabras. Y es que tiene razón, no tiene obligación alguna conmigo, no me debe nada... ¿Por qué habría de ayudarme un desconocido?
- Por favor, te lo ruego... –le dije al tiempo de bajar la mirada al suelo y permitir que las lágrimas saliesen- Ayúdame...
- Dame una buena razón –parece que en verdad lo he hartado o quiere saber lo que oculta mi corazón.
- ¡¡¡¡No permitas que maten al ser que amo!!!!
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Vaya! Después de mi ausencia bastante grande, he regresado con mi parte, y una muy larga. ¿Qué dicen, me lucí? A mí me agradó escribirla... Ya sabrán por qué. En fin, espero que les agrade bastante y que me den sus comentarios, que en verdad me interesan. Bueno, los dejo porque ya no se me ocurre qué más puedo decir...
Atte.
Rinako Inverse Aino.
(AH, disculpen el retraso! creo que valió la pena, no?)
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