Historia.. Mi parte...

[Rinako Inverse]

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Supongo que a Thur le sorprendió que trajera la espada al cinto... se notaba en sus ojos... Yo misma me he sorprendido un poco, pero me dio el presentimiento de traerla... Y Tepes... me da un poco de miedo, tal vez por su aspecto y su profunda voz. Es un ser ‘diferente’ a nosotros y parece conocer a Thur desde hace mucho tiempo. Además, me siento rara... nunca había estado en un castillo, ni había vestido de manera tan elegante... me siento un poco extraña en este lugar, aunque debo admitir que el estar lejos de ese bosque me tranquiliza un poco. 

- Y... ¿cuál es su edad, Madame? –preguntó el conde para iniciar la plática. 
- ¿Eh?... Oh, disculpe, estaba pensando en otras cosas. Tengo 15 años.
- Muy joven, aún... –miró la Dragon Sword- Veo que a traído su espada... ¿puedo preguntar por qué?  
- ... Sé que suena absurdo pero... me ha dado el presentimiento de traerla... no lo sé exactamente...

Su risa resonó en todo el cuarto. Me limité a sonreírle tímidamente... sé que sonaba tonto y hasta estúpido, pero él sabe más de lo que creo... 

- Madame, usted disculpe que me ría... No hay problema con la espada, tiene razones para desconfiar...
- No, no es que desconfíe... discúlpeme usted si le hice pensar eso...
- Basta de disculpas, madame... Mejor disfrutemos de la comida...
- Buena idea -cortó Thur.

Mientras comíamos, Thur y Tepes platicaban de muchas cosas, incluyéndome en la plática por cortesía... aunque, con lo tímida y nerviosa que me porté, a penas y decía cosas coherentes respecto a lo que ellos platicaban. Al poco rato, Tepes se despidió argumentando que tenía asuntos importantes que atender.

- Madame, lamento tener que despedirme por un momento, los asuntos requieren de mi atención y no puedo dejarlos... Sin embargo, sé que le dejo en compañía de un guerrero nada rechazable -vio de reojo a Thur... me besó la mano y se fue...

Me sonrojé y no pude evitarlo... no había recibido tan amable trato por parte de alguien. Creo que me quedé pasmada un rato porque Thur se rió. Bajé la mirada sin dejar de sonrojarme... ¡Demonios! Voy a tener que hacer algo para ya no hacerlo tanto... 

- ¿Y ahora? –le pregunté para romper el silencio.  
- Podemos pasear por el castillo, si lo deseas.

Asentí... creo que era lo mejor en ese momento. Recorrimos galerías enteras llenas de hermosas esculturas; pasillos llenos de pinturas y cuadros... parecía un enorme museo. Llegamos hasta un balcón y me dirigí hacia él. La vista era inigualablemente hermosa, el aire fresco corría entre los árboles y los rayos del sol se ocultaban entre las espesas nubes. Claro que esto no le daba un aspecto tenebroso... me gusta que esté nublado. Observé durante un tiempo este paisaje que nos rodeaba mientras Thur me acompañaba silenciosamente. 

- A veces creo que tenemos tanto que decir que no sabemos por dónde empezar... –le dije sin dejar de mirar el paisaje.
- Así es... –se acercó más al barandal del balcón y se recargó en él para poder observar conmigo.
- La obtuve cuando derroté a un White Wolfo... la Dragon Sword... Ni siquiera supe cómo pero invoqué al poder del Trueno. Apareció después de que lo derrotase, en un pedestal alumbrado por una luz azulada... Su nombre lo supe como si ya lo conociera desde hace tiempo y la retiré de su lugar de origen... –hice una pausa para voltear a verle- Sé que no apareció para que la dejara ahí enterrada... 

Nos reímos un poco por este comentario que, aunque lo dije con seriedad, sonó algo gracioso. 

- Es una espada flamígera... –dijo volviendo a la plática y a la seriedad- Es decir, una espada de fuego... Se dice que sólo puede ser obtenida por una persona de corazón fuerte... y por lo visto no tardaste en conseguirla...

Le sonreí por eso... 

- Supongo que debo tenerlo... aunque no es lo suficientemente fuerte... a veces no sé ni de dónde saco la fuerza para soportar las cosas...
- La fuerza de tu corazón es más grande de lo que te puedes imaginar... Debes tener muy buenos amigos...
- Mis amigos... –perdí, nuevamente, la vista en el paisaje y me puse a recordarlos- Ellos son lo más valioso para mí... me han acompañado en todo momento y los adoro... Mis amigos están en mi corazón y debe ser eso lo que me mantiene de pie... La fuerza de mi corazón debe residir en ellos.
- Y así es... –completó Thur.
- Lo que todavía no me explico es el que, de repente, me encontré vestida y armada como un chico al que conocí hace poco... Su nombre es Link y tenía una fairy llamada Tatl... 
- Mmm... ya veo...

Me dio la necesidad de cambiar un poco el tema y nos pusimos a hablar del pueblo y del bosque. Hace tiempo hubo una rebelión en contra de los reyes que fue sofocada por muchas criaturas y seres del reino. Después de eso, se trató de hacer un gobierno más justo y adecuado para que todo el pueblo estuviese completamente de acuerdo, aunque no se puede complacer a todos, se quedó satisfecho con el nuevo sistema y los nuevos monarcas. El bosque se fue poblando de criaturas extrañas y peligrosas dado que se descuidó mucho y sólo los viajeros cruzaban por él. Con el tiempo se fue haciendo inhabitable... Fue por eso que ya casi nadie pasa por un bosque tan peligroso como es ése... ‘A menos que busques a la muerte’ ... eso fue lo que me dijo Thur. 

Más tarde, me retiré a la alcoba que me había proporcionado el conde Tepes, justificando que estaba agotada y necesitaba descansar... Thur se mostró extrañado pero comprensivo, así que me acompañó hasta la puerta. La verdad es que quería pensar mejor las cosas, ya que hace un momento le había revelado gran parte de mí... Cosas que no hago con las personas, no me gusta decirlo...

Me recosté en la cama, contemplando la Dragon Sword que hasta ahorita no había tenido la oportunidad de usar. Necesitaba una buena batalla y la verdad no sé dónde conseguirla... Thur es más fuerte de lo creo y al parecer su espada no es normal... en lo que pueda caber lo normal en este mundo... Me cambié de ropa y salté por el balcón hacia el jardín, me aseguré que nadie me viera y me dirigí hacia una torre que parecía muy solitaria. Desenvainé la espada y me puse a dar espadazos al aire... tratando de despejar mi mente y concentrarme un poco en las peleas... De pronto sonó el golpe del metal contra otro... Esto lanzó mi espada lejos de mi alcance y caí de rodillas...

- No debes permitir que te quiten la espada tan fácilmente... tu vida acabaría en un instante -me dijo alguien totalmente desconocido mientras colocaba su espada cerca de mi cuello.

Yo estaba arrodillada mirando al suelo y, cuando sentí el frío del metal en mi cuello, levanté la vista y le miré. Era alto y de piel muy blanca... no tan diferente de la piel del conde Tepes... Cabello blanco y largo hasta más debajo de la cintura, guantes y capa, vestía de negro, muy lujosamente... Se parece mucho a él... al conde... ¿¿¿¿será su hijo???? 

-¿Y bien? ¿No vas a levantarte?

- Lo... lo siento... 

El chico retiró su espada y me ofreció su mano para ayudarme. Acepté la ayuda y me levanté, él recogió mi espada y la miró detenidamente.

- Es una espada flamígera, debe ser la Dragon Sword, ¿cierto?
- Sí, así es...
- Mmm... tú debes ser Rinako, la amiga de Thur...

Asentí con la cabeza mientras él me entregaba mi espada. 

- Mi nombre es Adrián... Adrián Farenheigths Tepes… -su expresión de seriedad me hizo pensarlo dos veces antes de preguntar si era el hijo del conde. 

Su belleza me sorprendió de verdad... Era incomparablemente guapo y no sólo eso... era alto y fuerte, con un aire de misterio y un talante caballeresco... Hábil con la espada y al parecer, no sólo con ella... Sin duda alguna no era un humano común y corriente... 

- Yo soy Rinako Inverse Aino... mucho gusto... 
- Veo que no puedes quedarte mucho tiempo sin hacer algo realmente bueno... -me dijo volteando hacia el castillo del conde- Estar en el castillo es muy aburrido... Nos vendría bien un duelo... ¿no crees? 
- Pues... si tú insistes... –le dije con la sonrisa en la boca. ¡Y es que me estaba ofreciendo lo que estaba buscando! 

Al parecer a él también le gustó la idea porque sonrió, divertido. Esperaba a que yo le atacara, así que para complacerle, lo hice. Esquivó mi primer ataque y empezó el duelo. No sé ni cómo, pero me concentré en la pelea y alejé de mis pensamientos lo que había pasado hasta entonces, borré de mi mente todo eso y pude enfrentarle. El sonido que hacía el metal al chocar me producía una cierta tranquilidad... Era un sonido que no había escuchado en mucho tiempo y quería disfrutar el momento de la batalla. Adrián lucía serio y conciente de que yo deseaba probar mis propias habilidades con una espada que jamás había tenido la oportunidad de usar, así que trató de dar una buena demostración de lo que tenía. La pelea terminó cuando me acorraló en un rincón y me ‘amenazó’ con su espada en mi pecho. Solté la mía en señal de rendición... Ambos estábamos algo cansados y habíamos satisfecho nuestra necesidad de pelear...

Retiró su espada y sonrió, como agradecido... Su sonrisa me agradó bastante, ya que era una sonrisa sincera... y me reí con mucho agrado... Envainamos espadas y nos estrechamos las manos en señal de amistad. Él no me soltó al instante, sino que hizo reverencia y besó mi mano... Esta vez no me sonrojé. Tal vez porque me había agradado de sobremanera... o porque su belleza me había hechizado...
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Hasta aquí mi ‘extensa’ parte de la historia, coordinándola con lo que Thur me envió y mandé hace poco al foro... je, je. Ahora... pues a esperar que alguien conteste porque conociéndolos... van a tardar un poco. Hey, Dark, ya sé que eres un desesperado de primera, pero no te preocupes... yo no me quedo atrás... je, je... En fin, vas de lujo y más con el cambiazo que le diste a la historia....

Por cierto, gracias a las chavas que se ofrecieron para ilustrar esta historia... Ya hablaremos en alguna ocasión sobre eso porque, al parecer, está gustando la historia y a mí, la idea de ilustrarla... 

Como sea, aprovecho esto para avisar que voy a volver mandar, desde el principio ‘El Príncipe de la Niebla’, a petición de algunas personas (¿Ya leíste Sachiel? Je, je). Se ve que les gusta, ¿eh? Bueno, es todo por el momento... Así que ahora van a tener bastantes cosas que leer y encima la escuela... (risa sarcástica...)

Atte.
Rinako Inverse Aino.

PD. Cualquier parecido con el nombre de la mencionada allá arriba en la historia... ¡¡¡no es coincidencia!!!



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