Historia... (de nuez!!!!)

[Rinako Inverse]

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Oigo un grito aterrador, un grito de demasiado dolor que me hace soltar la Dragon Sword. No sé qué pasó en ese momento pero vi todo muy lento: la espada cayendo parecía que desafiase la gravedad, el tiempo que tardé en oír ese ruido metálico se me hizo eterno, pegó la empuñadura con el suelo, luego rebotó y la hoja le tocó ahora, volvió a caer el lado más pesado y luego la espada quedó inerte en el piso. El grito seguía resonando en mis oídos, eso era terrible. Volteé a ver qué es lo que pasaba con el “ángel” y no me gustó nada lo que vi en esa eternidad:  Ramiel arrancándole las alas a un débil Thur, sin piedad, con toda la intención de hacerle sufrir... Desgraciado... ¿eso es un ángel? ¿Es eso en lo que me quiero convertir? No, prefiero morir, prefiero quitarme yo misma la vida en este instante... cualquier cosa sería mejor que convertirme en un ser como éste. ¿Cómo va a ser un ángel una criatura que hace sentir dolor a otros, por más infernales que sean? No ti!
ene derecho, es un maldito... maldito... maldito... 
Las palabras se quedaron sonando una y otra vez en mi cabeza, combinándose con el grito de Thur... Todo mi cuerpo comenzó a temblar de la furia que guardaba en su interior, apreté fuertemente los puños para intentar controlarme. Mis manos sangraban, me había lastimado con las uñas... pero ese dolor ya era ajeno a mí, era lo de menos importancia en ese momento. Mantenía la vista fija en ese ‘ángel’ mientras el grito y mis palabras subían en intensidad... Unas imágenes aparecen en mi mente, unas imágenes similares a lo que veía ahora: un humano al que le crecían alas, que comenzaba a usarlas y que, al levantar el vuelo, veía que algo extraño se dirigía a él a gran velocidad. Luego sólo plumas y sangre; el ‘recién nacido’ ángel cayó malherido, mientras alguien le observaba con una sonrisa sádica y con algo en las manos: sus alas... Por una u otra razón no logro enfocar los rostros de estas personas. No hasta que el sol ilumina el lugar y la criatura leva!
nta la cara: sus ojos son vacíos, de hecho pareciese poseído ya que su mirada no refleja otro sentimiento más del que parece ser resignación, a pesar de que muestra una gran sonrisa. Es una contradicción eso, su mirada indica que no quería hacerlo, pero su sonrisa le da un toque de malicia... esa escena se me hace conocida, y su rostro no me pasa desapercibido... Ahora veo al ‘ángel’, aunque no puedo observarle la cara porque está tendido boca abajo; lo que distingo es su cabello rojo, muy largo, sus ropas desgarradas, su cuerpo lleno de heridas... Un momento... eso... eso fue lo que me pasó... eso me hicieron... Soy yo el ángel al que le arrancaron las alas, y “él” fue quien me lastimó de esa manera. 

- Y yo que confié en “él”, yo que le creí todas sus... malditas mentiras... –pienso en voz alta, lo suficiente como para que Adrián voltee a verme- Ahora resulta que no sólo fueron mis padres, sino que también la persona a quien alguna vez amé... ¡¿Quién falta?!

Adrián corrió hacia mí, con su espada en la mano. Un rayo cayó cerca de la torre y comenzó a llover muy fuerte. El destello nos iluminó por un instante en el que pude ver al Conde a los pies del “ángel”, me incliné para recoger mi espada, todo con la misma armonía lenta con que empecé a ver las cosas cuando oí el grito. Antes de que Adrián llegara junto a mí, yo ya estaba tocando mi arma y, de pronto, algo cambió. Ramiel me miró de reojo antes de voltearse a verme de frente. 

La Dragon Sword estaba ardiendo en llamas que no me quemaban ni me hacían el mínimo daño. En mis ojos se reflejaba el fuego, lo sentí claramente. El hijo del Conde se detuvo en seco, un poco sorprendido de que la espada ardiera de esa manera. Ramiel permaneció inmóvil mientras yo me erguía completamente, con mi arma en la mano derecha; la empuñadura permanecía fría mientras las llamas seguían encendidas, ondulantes, brillantes, vivas... Adrián caminó lentamente hacia mí, (ya veía todo normalmente) y se quedó a mi lado. Las intenciones del “celestial” no eran claras en lo absoluto, al menos no para mí: no sabía que hacía aquí, no sabía quién lo había enviado, desconocía completamente el porqué de actuar de manera tan libre y despiadada, en resumen, sabía exactamente nada de él... Pero eso sí, fuera lo que fuera, era demasiado fuerte para mí y yo apenas estaba recuperándome de mi herida de muerte... Tal vez ni Adrián ni yo juntos teníamos oportunidad contra un enem!
igo tan poderoso, sin embargo, no voy a permitir que dañe más a Thur, ni a algún ser vivo que exista o esté por existir... 

>¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!< 

Blando la Dragon Sword y me lanzo rápidamente hacia el inmóvil Ramiel, Adrián se queda estupefacto y tiene razón de estarlo: es un ataque frontal y con pocas posibilidades de dañar a la criatura, pero tengo que ganar tiempo para Thur... sólo espero poder controlarme...
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YEEEEEEEEEEEEEEHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!

Antes que me regañen por lo del gritito... disculpen las molestias. Pues sí, Rinako Inverse Aino ha vuelto al foro después de su inminente (y nada odiada por muchos) partida. Sé que sólo fueron unos meses, pero ya estoy dando lata de nuevo. 

En fin, ya está mi parte, y espero que me disculpen los que estuvieron esperándola mucho tiempo. Nos vemos!!!!

Atte.
Rinako Inverse Aino.



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