Historia (Kailu).. Lamento el mail anterior...

[Rinako Inverse]

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Holas!!!

Pues, hace mucho que mi queridísimo Kai me mandó su historia para que la enviara al foro y, por una u otra razón, no lo había hecho. En fin, aquí está por fin, espero que les guste su parte y le reciban como merece... Nos vemos!!!

Atte.
Rinako Inverse Aino. 
P.D. Ya pronto mandaré mi parte.. no desesperen!!!!
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Una batalla se realiza en las profundidades de una montaña, desarrollándose con gran rapidez, es imposible ver sus estocadas a distancia, por la espesa neblina en la que esta se desarrolla. Se puede observas dos siluetas nada mas, el estruendo del metal corta tajante el silencio que los rodea, haciendo huir a los seres que en el bosque habitan. En estos momentos parece que la batalla ya termina no se escucha los sonidos de las espadas chocando, de pronto suena una espada en el suelo y de las dos uno a logrado darle una estocada a su adversario, la batalla es capitulada, retira suavemente el arma del cuerpo quedando impregnada de sangre, el disfruta el no hacerlo con rapidez para contemplarla,  su contrincante empieza a debilitarse y dejándose caer al suelo por la herida y el dolor. Enfunda su espada y empieza a caminar sobre su adversario, lentamente con la vista fija en el derrotado extiende su mano derecha para recoger la espada caída.

– Como es posible esto? - levanta la espada con dificultad, dando se cuenta que en la mano tiene una cortada - no note el momento en que me lo a logrado hacerlo.

– Hermosa espada tienes pero aun no la manejas lo suficientemente rápida para bloquear mi estocada - su cara se ilumina con cierta malicia- debo rematarlo ahora?. No, no se tiene honor al atacar a un enemigo caído. - Sus manos acarician la hoja de metal, observado los detalles que en el están grabados y notando el poderoso filo que en esta se mantienen.

– Demonios, tiene un filo impresionante considero que de haberme tocado hubiera rasgado con facilidad mi armadura. No te merecías esta espada muchacho, es por eso que haré esto- la entierra en el suelo, logrando ensartarla hasta la mitad.- romperé tu espada para que empieces de nuevo- en ese momento eh hincado empieza a mover los brazos en una especie de ritual para después  quedar quietas y con un movimiento rápido la rompe dejándola inservible. Se pone en pie y la media vuelta para regresar a su aldea.

Sigue la vereda que lo ha de guiar a su aldea, pero con la niebla no se fijo que ah tomado una equivocada, alejando se así mas del camino correcto.

– Que raro no recuerdo tales las figuras del terreno, creo que me eh desviado del camino y todo por esa maldita neblina.
Lo que el no se imaginaba era que no era solo eso lo que le ocurrió, si no que un ser le estaba persiguiendo sin que el lo notara. Asciende cada vez mas por las faldas de la montaña y cada momento esta mas confundido por  la situación. Llega a una altiplanicie y se coloca en la terraza de esta, observa el extenso bosque y como ya carecía de niebla en ese lugar observa en que ubicación se encuentra en ese momento. Reconociendo el lugar donde se encuentra, observa la ruta a tomar a su aldea.

– Que extraño siento como si alguien se ocultara de mi.
Emprende su camino después de haber dicho esto.

El individuo ganador del duelo presentía una mala pasada, sentía desde aquel principio de la batalla, que tenia ojos que los observaban, había matado a aquel individuo en el bosque pero... hay algo que lo inquietaba, no había rasgos de que el sol fuera a aparecer pronto, eso pensaba Dante, pero su pensamiento lo hacia como si fuera a escapar de esos ojos que lo veían sin perder de vista ninguno de sus movimiento, sentía que en la luz el tendría mas ventajas, su temor en esos momento no era por el haber matado, el ya lo había hecho muchas veces en las cual nunca tuvo ningún sentimiento de remordimiento.

Preciosa es noche como nunca la hubiera visto, a pesar de la neblina en esa área boscosa gran parte por la zona pantanosa que estaba cerca, en esa altiplanicie se podía contemplar la majestuosa noche estrellada, reflejando la luz del astro sobre la obscuridad, dando destellos de luz en la penumbra.

– Sí en la madrugada me sentiré mas seguro...

Seguía la estrecha vereda haciéndose cada vez mas alto sobre la montaña sus pasos son ruidosos, al estar pisando la vegetación seca. La noche aun lucia larga... conforme daba sus pasos no se percata de que sus presentimiento son reales y no síntomas de haber matado a aquel guerrero. Parte de su distracción de debido a la espada que el tenia...

– jajajaja si no hubiera hecho esa pequeña insinuación, no hubiera terminado con su vida. Ciertamente tiene una fascinación con las espadas, tenia un toque para volverlas mortales y para cuidarlas. Pero no a podido con lo que le hice jujujuju.

De pronto el poco silencio que tiene la montaña  escucha un aullido. Auuu

– Diablos... pense que en esta temporada no salían como años atrás. Mientras no lo escuche cerca, por mi esta bien.

– Por sartan... exclama- dentro de la montaña encuentra lo que no se espero- por todos lo dioses... Aquí ya han atacado.

Lo que se encontraba delante de él, era un lugar donde observo restos de animales grandes, destrozadas y no precisamente de un animal hambriento. Inconscientemente lleva su mano a l empuñadura de la espada.

– Animales... esto es algo que puede atacar sin sentirse amenazado... esos wolfos han regresado.

En ese momento dentro de las sombras de los arboles salta detrás de el un ser, el por instinto desenfunda su espada.
La sangre se riega en los secos pastos- para uno de ellos fue demasiado tarde en reaccionar.

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En el bosque se levanta el oponente de Dante... no puede mantener el equilibrio. Volviendo a quedar a nivel del suelo

– Qué fue lo que paso, lo ultimo que me acuerdo... es de tener la batalla con dante...

Pensando en este, recuerdo como me despojo de mi espada y me dio una estocada en mi tórax, que humillación como es posible que dante me superara tan fácilmente cuando siempre le di pelea en nuestros enfrentamiento anteriores, mi espada a sido bloqueada, ninguna estocada fue lo suficientemente efectiva como para tener una derrota honrosa. Diablos pero en que pienso, era un oponente digno de guerreros de primera clase y  yo todavía aun estudio las técnicas esgrimistas.
En ese momento alzo la vista, para luego bajarla y observo que mi espada esta rota por la mitad, me invade la furia.
Siento un terrible dolor en mi costado, quito los restos de mi armadura la cual no pudo soportar el ritmo de pelea y cedió ante el ataque de dante, perforando también mis vestimentas y desgarrándome la piel en cortadas muy finas, haciendo constancia que su espada era demasiado filosa, sin embargo me parece muy extraño que ante terrible forma de usar su espada no allá querido darme muerte en esas ocasiones que tuve la guardia baja.
Me despojo de la camisa y corto un pedazo de tela para improvisarme un vendaje, para detener la hemorragia, en el momento de empezar a vendarme encuentro un sustancia un poco extraña en las heridas y no provenía de mi cuerpo tan rara sustancia. Mi herida se abre de nuevo pero no me es posible detener la hemorragia con solo este pedazo de tela.

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– Lo observaron!...

En un lugar ausente de luz solar y nocturna se empieza una platica que marcara un guerrero.

– No tienes que decirlo- contesta otra voz igual de estruendosa que la anterior, esas voces graves que se escuchaban en la inmensa cámara de paredes rocosas que por tal estructura hacían vibrar las estalactitas de la misma- Hemos observado toda la pelea es de apreciarse como primera clase...

– No me convence- alterna un tercero- no podemos fiarnos de un humano cualquiera, que su único objetivo es ser los mejores de espadas... No merecen nuestra confianza, sea quien sea..

– Eso piensas Daholt - hace contraria la insinuación, el que hablo primero- nosotros no tenemos la posibilidad de volver a pisar con libertad las tierras de antaño... muchos de lo que lo han hecho, han muerto y sobre todo  han perdido sus mentes, haciendo su propia tumba sin lograr sobrevivir.

– Soy consiente de ello Taylet... -comenta Daholt- pero no haz de negar que muchos de ellos han quedado muy bien  adaptados a las tierras y aun no han muerto de hecho y han empezado a extenderse haciendo impredecible la cantidad que ellos existen.

– No se olviden de comentar... yo el propio Kasmt he ido y regresado con muchos de los nuestro. Por que no ha sido difícil regresar a nuestras tierras?, piensen nosotros mismo nos matamos en ellas.

Unas puertas se abre de par en par a lo lejos, dando destellazo de la luz astral a la cámara dominada por obscuridad y fugaces brillo de antorchas en sus paredes altas.

– Pronto tendremos que respondes sus preguntas... prepárense para responderle

– TAYLET -habla Daholt iracundo- POR QUE EL? POR QUE NO MANDAS AL MEJOR DE NOSOTROS PORQUE NO ME MANDAS A MI?

– Crees que podrás acercarte a ese hombre, crees que te será fácil tratar con él.

– Por que has dicho eso Kamt?

– No comprende aun lo que hacemos y lo que tiene que entender el humano- dijo Taylet.

– ENTERNDER, COMO QUE ENTENDER, YO TAMBIEN HE HIDO Y  COMO VERAN REGRESE DE MIS COMITIVAS...

– Cálmate Daholt, mantén tu mente clara, no dejes que lo impulso impuro entren en tu cabeza, controla el fuego que llevas dentro.

– Lo siento Kamt - se disculpa Daholt- también a ti Taylet, olvidaba que yo soy...

Se queda en silencio, sin continuar con palabra alguna. Kamt y Tailet asienten como si no fuera necesaria disculpa alguna para entender el comportamiento de su compañero. La caverna deja de retumbar al no vibrar ninguna garganta, unos pasos resuenan en el extenso pasadizo que da a la cámara. Por fin el silencio es roto por Taylet, sin antes darle una señal a Kamt.

– El se acercara dentro de un momento mas, y entrara a la camara en que nos encontramos todo lo dicho aquí no lo ah oído así que como les dijes antes, si el pregunta estamos obligados a responderle...

– Aun no estoy convencido de lo que haremos y tampoco que tengamos que confiar en ese humano.

– No pasa nada Daholt, después de todo no tenemos alternativa.

– Eso dirán ustedes, yo en cambio opino que enviemos a los mejores de los nuestros, si no es que nosotros mismos tengamos que hacerlo.

– Tal desconfianza es innecesaria, ese humano fue quien ha dado muerte a todos los seguidores de tu hermano y a el mismo.

Daholt es sorprendido con tal afirmación, no daba crédito a que ese humano fuera aquel que le diera muerte al poseedor del clan y parte de sus militantes, no reconocía al individuo a pesar de presenciar la batalla y haber visto al convertirse verdugo años atrás. No podía articular palabra alguna hasta que logre solo decir...

– Que haz dicho...

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Camino errante en el bosque, no puedo evitar el tropezarme con los árboles, la noche absorbe mi presencia, trato de salir de ese lugar de muerte.

– No podré sobrevivir de esta, si no logro llegar a la aldea y si la hemorragia no cesa. Mis fuerzas disminuyen... si logro salir al camino probablemente alguien me recoja y lleve a la aldea.
Mis instinto de sobrevivencia nunca fallara mientras desee vivir aun, pero que me pasa empiezo a perder visibilidad no puedo enfocar mi mirada... a de ser efecto de mi circunstancia, esta empeora, aunque logre salir de los pantanos los grandes árboles  no me dejan ver las posiciones de las estrellas en el cielo, eso pone aun mas confuso mis sentidos y estaré perdido...
Mi vista comienza a nublarse de nuevo, mis oídos se han vuelto completamente sordos debido al terrible dolor de mi cabeza... afirmaría que el único sentido que aun responde es el tacto y eso lo se por que aun siento el dolor y los golpes que recibo al impacto de árboles y el suelo.
Estoy caminando ya sin rumbo, el vendaje que me he aplicado es muy poca cosa para sentirme a salvo.
Solamente escuche remotamente un alarido de terror, mientras mis oídos trataban de hacer contacto con el tiempo real.

– No escucho nada, no veo casi, que ironía es que yo vaya a morir así por la estocada de Dante.

De pronto siento que no tengo apoyo y siento una fuerza hacia abajo y me aterro de ver que estoy  cayendo y me precipito hasta el fondo del cañón...

– Aaaarrrgg...

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Desciendo vertiginosamente entre golpes de peñasco y vegetación, haciendo mas dolorosa mi condición, estoy desfalleciendo, de pronto no sentía mas que vueltas y vueltas... mi cerebro se encargo de bloquear mi tacto al no soportar tanto castigo y recupero la vista con mas nitidez, mi cerebro no ha sido dominado por el narcótico que esta invadiendo mi cuerpo, veo los primero rayos de luz solar dejando atrás la oscuridad.
Logro observas una plancha entre todos los peñascos y trato de dirigirme hacia el, compruebo que la dificultad no es tan baja ya que los constantes golpes no permite que me sea fácil. La distancia se me acorta y el final del cañón no se encuentra cerca. Ensarto los dedos en la pared rocosa decidido a arriesgarme a destrozarlos por la fricción, siento como fluye mi sangre en mis yemas pero es necesario detener tal velocidad emprenda desde la cima, no es en vano el esfuerzo y como si tuviera un segundo aliento afianzo también mis piernas y logro caer en la plancha.
Exhausto contemplo el amanecer hasta quedarme dormido por el agotador esfuerzo en mi cuerpo.

Abro mis ojos y contemplo el sol de medio día, nunca me había imaginado tratar de salvar el pellejo ante esta situación, mis manos vendadas con los resto de mi vestimenta, se nota una mejora.
Me incorporo lentamente tratando de sentir la cálida caricia del astro. Compruebo la estocada y esta se ha cicatrizado de forma peculiar como si no hubiera pasado nada.

– Dante – me digo a mi mismo – que te ha empujado a quererme derrotar con ese toxico en tu espada... eh de admitir que tus hechizos has logrado obstruir los sentidos del cuerpo haciendo difícil su control.
Me recuesto y relajo cada uno de mis músculos haciendo mas fácil su recuperación. Miro a mi izquierda y...

– Nanoa?... es increíble que crezca en estos únicos sitios pedregosos. He escuchado de los ancianos de las aldeas, que en su centro se encuentra una sustancia de regeneración.
Me dirijo hacia la extraña fruta circular y la tomo entre las manos arrancándola desde la raíz. De mi cintura trato de encontrar mi espada pero me doy cuenta que la he perdido y solo encuentro su funda.

– Esto es lo que me faltaba... mi espada quedo en el pantano, posiblemente como otro de sus tesoros. No tengo con que abrir esta fru...

Encamino al peñasco y la golpeo con una de sus aristas, haciendo pedazos la coraza de la fruta. Como y bebo de su pulpa y siento que su sabor es insípido y sumamente espesa, siento algo como si se extendiera en mi cuerpo desde adentro...

– No tengo tiempo que perder tengo que descender de este sitio, ya que la subida es imposible y veo mas practico llegar al río que se encuentra en el fondo.
Empieza mi descenso sin tratar de cometer errores y veo que por lo menos esta vez no me tomara por sorpresas las rocas.
No tarde mucho en llegar hasta abajo, havia estudiado la posible ruta de descenso y simplemente fue fácil y cómodo.
Rápidamente me dirijo al agua y contemplo mi reflejo, el agua es bastante cristalina – Cielos estoy hecho un asco- me sumerjo en el rió y empiezo a limpiar mis heridas...

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– KAI, KAI... Kai que pasa donde estas...

– Ea... por que tanto grito Elena.

– Es que no encuentro a Kai y tengo algo importante que decirle

– Oh pequeña parece que no conocieras a Kai

– Oye... que quieres decir con eso?

– Tu mejor que nadie lo sabes en que lugar él se encuentra,  ¿acaso olvidas como en sus ratos libre donde esta?

– Si ya lo se ¿y eso que?

– ¿Qué?... Dime donde lo puedes encontrar si es su pasatiempo...
– Que tiene que ver el pasatiempo de Kai con donde se encuentra.

– ¿Eres ingenuo o te haces?

– De acuerdo no te molestes, ush... parece que no soportaras una pequeña broma... Gracias nos vemos pronto.

Elena se aparte del anciano, corriendo, dirigiéndose hasta el jardín de la aldea.

– Se nota que esta muy enamorada de el – dice pensativo el anciano – juventud que maravillosa etapa de la vida. Ja ja ja ja.

En el jardín Elena busca y observa por todo el jardín buscando a Kay, tras haberlo buscado un rato da con él.

– ¡Kai! – dice Elena en voz baja, observando al joven trepado en el árbol con los perdidos en el inmenso azul del cielo.

– Kai – eleva la voz Elena - ¿qué pensara en estos momentos? Siempre que esta en ese árbol se queda muy pensativo como si meditara algo. ¿Por que eres tan solitario?

Kai solo parpadeaba por reflejo de sus ojos , atento al cielo observa la nubes que se deformaban con la fuerza del aire. De pronto pierde la concentración en ellos y se fija de reojo en Elena que lo seguía observando en silencio.

– ¿Hace mucho tiempo que estas ahí?- dice Kai sin dejar de ver el cielo

– No, no como crees – dice un poco sorprendida por la pregunta- eh venido hace poco.

– Entiendo... Haz venido de paseo entonces.

– No, eh venido a buscarte.

– ¿Buscarme? Para que...

En ese momento Kai se arroja de la rama para caer cerca de Elena que no la deja de mirar.

– Antes de decírtelo, quiero preguntarte algo.

– De acuerdo ¿cuál es tu pregunta?

– Que pensabas al estar allá arriba – me le dice coquetamente – ¿acaso recordando a algún amor?.

– No como crees, ya sabes que no pienso en ello por el momento.

Elena baja la vista desilusionada por el comentario.
– Entonces en que?... me dice

Yo sin esperar que me preguntara de nuevo oculto lo que en realidad pensaba respondiendo de una manera no muy alejada de la verdad.

– En lo maravilloso que es el cielo y que seria estupendo poder volar como las aves...

Elena me mira sorprendida como si nunca hubiese esperada tal respuestas de mis labios.

– Pero dime ahora, que es lo que te envió...

– Aahh. Si, mi padre quiere hablar contigo.

– Bueno no hay tiempo que perder iré en este momento.

Me dirijo junto a Elena a la casa del herrero, saludo a los pobladores que topamos a nuestro camino, Elena la observo muy distraída quedándose a unos metros tras de mi por momentos haciendo compras en los bazares; es posible que sea por lo que escucha; la conversación de los aldeanos se refieren a nosotros dos.

– Ya visten hacen bonita pareja no crees...

– Si muy bonita – comenta otra – es por eso que Dante lo reto en la montaña hace 3 dias.

– Es verdad, pero que ha sido de Dante, no ha regresado...

– La batalla a deber sido muy fuerte, ¿recuerdas como regreso Kai?. – haciendo ellas una pausa mientras pasábamos, para que después continuaran – Regreso muy mal herido y no es de extrañarse que alguno de los dos muriera.

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– Ya estamos a punto de llegar Elena.

Elena corre adelantándose a mi en la entrada de su casa.

– Papa Kai ya esta aquí.

En ese momento sale Doma, que lucia aun en sus ropas de trabajos, él es de larga barba y de una estatura considerable, al igual que sus músculos desarrollado por el trabajo.

– Muchacho, pasa – se dirige a mi – tengo lo que me haz pedido – posando su enorme mano sobre mi hombro e invitándome a pasar a su taller.

– Espero no haberle causado molestias por pedírselo para un lapso corto de tiempo.

– No Kai, como crees, es un placer tratar contigo...

En ese momento entra Elena con una bandeja donde se depositaba dos vasos y un jarron de vino.

– ¡Oh!, pero amable, gracias por traernos de beber hija.

Ella deposita sobre la mesa que esta cerca de la puerta, toma un vaso donde vierte el vino del jarron y toma el otro y se acerca a nosotros.

– Hija por que no le sirves vino a Kai solo haz servido en uno.

– Por que a Kai se lo han prohibido los ancianos que le curaron– responde soriente.

– Como es eso posible, que tiene que ver eso, sus heridas no empeoraran por tomar un vaso...

– Pero tampoco mejorara, ademas a Kai le gusta mas el néctar de frutas.

– Vaya, conoces bien a tu novio hija.

Este comentario sonroja a Elena.

– No digas eso, papa Kay y yo solo somos buenos amigos.

– Pues te comportas como si lo fueras jajaja, eres mas atenta cuando él esta jajajaja

Le da el vaso a su padre y me da el otro a mi, nuestras miradas se encuentras y la situación se pone incomoda a los dos por lo antes dicho.

– Gracias Elena no debiste molestarte.

– No para nada yo con gusto lo hago.

– Por cierto Kai haz notado que Dante no ha vuelto – comenta su papa.

– Si me parece extraño que no allá vuelto hace dos noches.

– No le habrá ocurrido algo malo ¿verdad? – comenta Elena asustada.

– No hija, tanto Kai como Dante son buenos ante peligros, ambos han logrado lo que nuestros mejores guerreros fallan y sin duda alguna Dante no le ocurrirá nada malo mientras tenga su espada.

– Estoy de acuerdo con tu padre Elena, además acuérdate que Dante supero mi espada, y prueba de ello es mi derrota.

Elena queda pensativa, asintiendo lo dicho, ella nos conoce a ambos muy bien. 

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El silencio se rompe con una palabras dirigidas hacia mi desde el exterior del taller a través de una de las ventanas.

– No te creo Kai - Volteo mirando sobre mi hombro- Dante jamás superara tu espada, por que te has dejado derrotar.

– ¿Quién eres tu? – le dirijo mis palabra a un individuo que se oculta tras una capucha.

– Pronto lo sabrás, pero aun asi no utilizaste tu verdadera espada jajajaa – me dirijio sus ultimas palabras antes de disolverse en el aire.

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– ¿Qué tienes Kai con quien hablas? – pregunta Doma

Elena me observa preocupada –No, con nadie, eh de haber visto una ilusión, caudada por la fatiga.

– Es mejor que descanses.

– Cierto Elena, aun estoy fatigado... Doma dame la espada que te eh encargado...

– Hija tráemela ya sabes donde esta, después quiero que vayas al mercado para lo de la cena.

– Aquí tienes muchacho, como la pediste tal y cual fue la que perdiste en el pantano, en el duelo.

– Gracias Doma, siento haberte apurado a hacerlo.

– No hay problema chico, cuando quieras estoy a tus disposición... por cierto ¿te marchas de la aldea Kai?

– Si partiré mañana al amanece, esta cera mi ultima noche en este lugar, ¿cómo haz sabido de mis planes?

– ¿No fue ese le trato que tuviste con Dante?, me lo ha platicado el mismo, antes de irse al duelo.

– Ya veo, es triste pero cierto el trato fue ese, es difícil irse de esta aldea, sinceramente es un buen lugar para vivir, pero en fin ya estoy acostumbrado a vagar en el mundo, tuve buenos momentos en el corto tiempo de habitar aquí.

– Antes de irte te invito a cenar esta noche, mi hija le gustaría mucho hacer una cena para ti.

– Por supuesto, esta noche vendré – le digo alejándome de su casa y me dirijo hacia mi posada.
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