Historia...

[Rinako Inverse]

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-Bueno... Mi nombre es Rinako y creo que acabas de confundirme con una damisela en peligro –le dije con un poco de sarcasmo, cosa que me molestó un poco... las contradicciones de uno mismo- Discúlpame, ese no es mi estilo, pero me está afectando todo esto... Gracias por ayudarme con ese tipo, sino fuese por ti, no sabría si hubiera vivido o...

El chico me miraba raro... y no supe por qué pero se me hacía conocido... o al menos había sentido su energía en algún lado... De repente sentí como si me fuera a desmayar nuevamente, todo se nubló y perdí la noción del tiempo y el espacio. Lo que pude oír antes de eso fue al chico que me preguntó si me sentía bien... En mi mente vuelvo a ver a Link y a Tatl. Link susurra algo... Tatl se dirige hacia mi y me lo dice: 

“Ahora no sólo debes hallar a la criatura de la máscara... tienes que encontrar al ángel de alas colosales... éste posee una fuerza increíble y magia más que poderosa. Confía en él y te brindará su ayuda. Pero... cuídate del ser que es capaz de destruir todo lo que quieres... de lo contrario, él acabará con tu vida y con la de miles de personas más...” Desaparecieron entre la niebla y desperté...
 
El chico que me ayudó aún estaba a mi lado. 

-¿Estás bien? –me preguntó mientras me ayudaba a ponerme de pie. Noté que no hacía el menor esfuerzo... “Una fuerza increíble” pensé...

-S-Sí... –por intuición lo miré detenidamente de pies a cabeza... detuve la mirada en su pecho... de su espalda salían unas alas enormes, de más de tres metros, me supongo. Me quedé impresionada del tamaño de esas alas y recordé lo que Tatl me había dicho “...tienes que encontrar al ángel de alas colosales...”

-¿Pasa algo? –preguntó al notar que le miraba fijamente –supongo que te impresiona el que tenga alas...    
-No, yo misma he tenido alas... Lo que me impresiona es el tamaño de ellas... No había visto unas alas tan hermosas y grandes. 

-Me lo imaginaba –susurró.

-Oye... Disculpa la pregunta, pero ¿en qué lugar estamos? –le pregunté porque aún tenía esa duda.

Él alzó la mirada al cielo y vio pasar algo por arriba de los árboles. Luego volvió a verme.

-Salgamos de este bosque... Hay demasiadas criaturas y monstruos. 

Asentí con la cabeza. No sé porqué exactamente pero... me siento tan segura y tranquila a su lado... su simple presencia me llena de seguridad. Necesito recordarlo... Corremos a lo largo del bosque, me supongo que él tampoco sabe hacia dónde vamos pero yo sólo le sigo. Voy pensando sin siquiera fijarme por dónde voy, quiero alejar todo eso de mi mente... me da miedo lo que me advirtió Tatl a cerca del ser que puede destruí mi vida y la de miles de personas más. No lo voy a permitir... Veo de reojo la Dragon Sword y me da la impresión de que Thur la busca... a ella y a mí... pero ¿para qué?

-Sino te fijas por dónde corres te puede pasar un accidente –me advirtió sin voltear a verme.

-Ya lo sé... –le respondí acordándome mi ‘accidente’ con el gran árbol. 

Se detuvo en seco y choqué contra él. 

-Espera un momento...

Sus palabras me dieron escalofríos. Sentí que mi corazón dejaba lentamente de latir y que me faltaba el aire. Thur lo notó al instante, aunque yo trataba de ocultarlo. El silencio entre los árboles se me hacía misterioso, pero como si quisiese atacar por sorpresa en el momento más indicado, la criatura, que se supone sintió Thur, se escondió nuevamente. El ambiente volvió a hacerse ‘normal’, lo sé porque cuando hay algo que lo afecte se vuelve denso y me es difícil respirar, como hace un momento. Al fin podemos ver la salida del bosque y las luces del pueblo que se encienden al caer la noche. Las estrellas se ven hermosas y sin siquiera estar nublado, empieza a llover. Hace tiempo que no me mojaba con la lluvia, así que aprovecho para ver si encuentro en ella la paz que no ha podido encontrar desde que perdí mis alas. 

Thur me miraba con ternura, como se mira a un niño que está jugando. Me sentí como una niñita... y corrí hacia la lluvia, fuera de la protección de los árboles. Las gotas estaban frías, pero desde que era pequeña me acostumbre al frío, tanto físico como psicológico, así que no me causo la menor incomodidad. 

Volteé a ver a mi acompañante y me dirigí hacia él.

-Creo que necesitas ropas nuevas... y al parecer no quieres que las demás personas noten tus alas... –le dije al ver sus ropas rotas... Supongo que peleó con alguien antes de ayudarme a mí- El pueblo no queda lejos y allá acabo de ver una cueva en donde podemos pasar la noche... O al menos hasta que deje de llover. No sé si tengas dinero o algo parecido para comprar, porque lo que es yo, no sé ni dónde estamos: pero iré a ver si puedo conseguir algo...

-No es necesario –me respondió con cortesía- el frío no es nada para mí y tal vez pueda conseguir algo cuando termine esta lluvia... Gracias de todos modos...

-¡Oh, vamos! Déjame ayudarte... tú lo hiciste una vez, ahora me toca a mí... Sé que no deseas que te pague la ayuda, pero no lo estoy haciendo. Sólo dame algo de dinero y te iré a conseguir algo...

Se encogió de hombros y sacó una especie de monedas raras de una bolsita. Me las dio y me pidió que me cuidase y que tratara de no mojarme mucho para no enfermarme. Asentí y corrí hacia el pueblo, él entró en la cueva. La lluvia estaba parando un poco y pude ver una tienda abierta; entré y me atendió una chica de cabello oscuro. 

-¿Buscabas algo en especial? –me preguntó, al parecer se dio cuenta de mi asombro y mi poca familiaridad con el lugar.

Una vez que encontré lo que buscaba, salí de allí y me dirigí a una posada para ver si me podían vender algo de comer. El posadero se portó amable y me vendió algo, cosa que agradecí muchas veces antes de volver corriendo a la cueva en donde sabía que estaba Thur. Antes de llegar volví a sentir el ambiente pesado y una mirada fría sobre mí. Miré hacia todos lados y no pude ver nada, así que entré en la cueva.

-Conseguí esto y un poco de comida –informé al chico mientras le mostraba lo que compré –espero que te sirva...

Thur había hecho una fogata y reunió unas ramas y hojas. Se vistió con la ropa que le había traído y se dispuso a comer. Yo esperaba en la entrada de la cueva, pensando en lo que haría de ahora en adelante... ¿dónde estaba? ¿cómo llegué aquí? ¿qué tenía de especial el ser de la máscara? Hasta ese punto no me había explicado todo eso y aún quedaban más dudas que crecían a cada momento en que respiraba... 

-¿No vas a comer? –preguntó Thur sacándome de mis pensamientos- la comida ya está caliente y será mejor que entres para que no te resfríes. El frío afecta demasiado a tu cuerpo y...

-El frío no me afecta, ya me acostumbré... –lo interrumpí y me acerqué a la fogata. 

Mientras comíamos, un silencio espectral nos acompañó... El chico tenía en mente muchas preguntas, lo sé, pero por una razón prefirió esperar un poco más. Yo también quería hacerle muchas preguntas... sólo que no acostumbro iniciar las pláticas y no quiero ser una molestia para él... Quisiera saber tantas cosas... como ¿por qué me ayudó? ¿Está de mi lado o tiene algo que ver con la Dragon Sword? Sus alas son hermosas y... me gustaría que rompiera este silencio que de por sí nunca me ha gustado...

-Pues... me gustaría decir algo pero... no sé qué –me dijo como leyendo mis pensamientos.

Me miró y me sonrió, creo que fue la primera vez que lo vi sonreírme de esa manera... como divertido. Me sonrojé... lo sé como por intuición. Creo que le causó un poco de gracia por que no pudo contener la carcajada... 

-Lo siento... en verdad, pero te ves linda cuando te sonrojas...

Le sonreí con agrado... su comentario logró alejar un poco mis preocupaciones... quería decírselo, pero creo que él lo sabía... 
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Pues, Dark, aquí está mi parte. Te toca a tí y a Thur, ok?
Y Alex, tu parte está muy padre, esperamos que sigas con ella, okas? Je, je... esto está genial! En serio!

Atte.
Rinako Inverse Aino. 



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